Este centro nace con la vocación de ser un espacio-tiempo dedicado al crecimiento personal y la curación. Para ello, realizo mi labor desde el ámbito de la psicología clínica, con una comprensión holística del ser humano, con el fin de ayudar a cada persona en su proceso de realización y sanación plenas.
A este espacio-tiempo lo he nombrado Kairós, el tiempo oportuno, la hora señalada, el tiempo decisivo, lapso indeterminado en que algo importante sucede. El tiempo entendido y vivido desde su naturaleza cualitativa, no cuantitativa. Según Charles White:” El instante fugaz en el que aparece una abertura que hay que atravesar necesariamente para alcanzar un propósito”. Una dimensión del tiempo casi desconocida para nosotros, como el dios griego que lo representa. En el quehacer terapeútico el tiempo donde se gesta y se da a luz la sanación que forma parte del misterio del proceso evolutivo de la persona.
Vivimos en una sociedad que apuesta por un estilo de vida superficial y egocentrado. Cimentada en una visión compartimentada del ser humano, al que concibe como mero individuo que produce y consume.
Vivir así impide el crecimiento pleno de las personas, atrofiándolas, mutilándolas e impidiéndoles crecer desde el despliegue del potencial que ya poseen. Todo esto da lugar a diversos trastornos y enfermedades que se manifiestan en nuestras dimensiones física, psicológica, relacional y espiritual.
El alivio o la desaparición temporal del malestar es lo que se busca normalmente, confundiéndolo con un proceso de curación más profunda.
La sanación es un camino integral e integrador, que no sólo conlleva la curación de la enfermedad, sino que también activa todo el potencial de la persona buscando su realización, a través de un proceso continuo de transformación hacia la plenitud de su Ser. La integración de partes, como la sombra, así como la apertura a lo trascendente forman parte de esta aventura que, con diferencia, es la más apasionante que puede vivir un ser humano.
En mi tarea de acompañar en estos procesos, prevalece el respeto profundo a la evolución de cada persona, a sus tiempos, a sus elecciones vitales y a su decisión de hasta dónde llegar.
Me siento llamada a realizar esta labor y, con agradecimiento porque me llena de sentido, me dedico a ella.