Para que se haga posible la expansión de la consciencia se nos invita a aceptar la vida cotidiana como el tiempo-espacio sagrado donde poder llevar a cabo esta misión fundante y central de nuestras vidas.
Son las prácticas de consciencia en la cotidianidad las que desarrollan nuestras potencialidades haciendo posible la evolución y la maduración hacia la plenitud de lo que ya somos.
Siento en estos dìas de verano, con una fuerza inesperada, el impulso irrefrenable de practicar en la cotidianidad la presencia y la conciencia.
A modo de sugerencias te invito a adentrarte en las siguientes prácticas para vivir la plenitud de ser y de experienciar:
– La contemplación en la acción: que cada acto sea impulsado por la energía del amor… y cuando te salgas de ella retornes sin cansarte como el que retorna al venero del manantial.
-La sencillez de vida para experimentar la plenitud que te habita. Sólo a los sencillos se les revelan los secretos del Reino.
-La conexión con tu verdad en todos tus cuerpos. Especialmente conectarte a tu cuerpo fìsico te enraiza a la vez que te eleva, ofreciendote la experiencia de la seguridad. Cuando estas conectad@ al mental-emocional, es decir, en atención plena, en tu centro, te da una visión lúcida e irradia las emociones de la profundidad: amor, plenitud, felicidad, paz, quietud.
El cuerpo espiritual vibra en la misma frecuencia que las personas y las creaciones que corresponden a tu momento evolutivo y a tu verdad presente, y te abre y conecta con lo trascendente.
-Que tus horarios sean porosos con tiempos para el descanso, la meditación y el silencio.
-Nútrete a todos los niveles de lo que de verdad alimenta y genera salud y vida en ti.
-Escucha atentamente tu intuición y sigue las señales.
– Deja espacios para la creatividad, sigue tus inspiraciones, plasmalas, tu Alma necesita expresarse y generar belleza.
– Aprecia el espacio-tiempo de lo cotidiano como el lugar privilegiado para seguir manifestando quien eres, para seguir desplegándo tu Ser, aprendiendo a través de los retos y situaciones que la Vida te plantea en el día a dìa.
– Elige algunos despertadores que te ayuden a llevar tu atención a quien eres, al quien que piensa, al quien que siente, al quien que hace…… al quien…. al quien…. al quien…..
– Convive con la naturaleza y déjate enseñar por ella en los ritmos, en los modos, en su comunión presente cotidiana, solidaria….
– Cultiva las actitudes de la profundidad:
La aceptación, la gratitud, el sentido, la responsabilidad, es decir, nuestra capacidad de dar una respuesta verdadera personal.. Vive desde lo que eres, no desde como estás..
– Tan importante es que estés consciente como que te des cuenta de cuando vives en automático, desde la inconsciencia..
La conciencia ilumina todo lo que toca y lo revela, ofreciendote la posibilidad de Vivir con mayúsculas.
Me ha parecido maravilloso y sin duda mi señal en el dia de hoy…gracias!!
Vive desde lo que eres, no desde como estás
( La dejo apuntadada para poder reflexionarla e interiorizarla).
Gracias por tus palabras que me han llegado como señal de volver a tener en cuenta mi frase preferida:
“Dios te habla desde lo que tú eres, desde tu esencia, háblale tú desde lo que sabes hacer.”
Buenos días Magdalena. Respecto a tú blog, que versa sobre: La luz crece en el cotidiano, hay dos frases que me hacen reflexionar: La contemplación en la acción: que cada acto sea impulsado por la energía del amor….. Y cuando te salgas de ella retornes sin cansarte como el que retorna al venero del manantial. Y por otro lado , está me ha parecido aún más enriquecedora: la sencillez de vida para experimentar la plenitud que te habita. Sólo a los sencillos se les revelan los secretos del Reino. Respecto a está última ( la sencillez) decirte que la Altanería es propia de los mediocres, y sólo con la sencillez se puede alcanzar la plenitud. Gracias. Me ha parecido muy enriquecedor e interesante. Un abrazo grande.
Me enconta este resumen lleno de indicaciones claras y precisar para vivir en el ser lleno de luz que somos desde el amor y su energia con presencia y porosidad. Mil gracias Magdalena por compartirlo.